jueves, 3 de junio de 2010

Dios, nuestro mejor amigo

"Cuando los amigos comparten tiempo juntos, no tardaran en comprender que ven con los mismos ojos, sienten con un mismo corazón y piensan con una misma mente." - Aristóteles

Dios lo que busca con nosotros es una relación personal e íntima, que lo busquemos incansablemente, que sea nuestro mejor amigo, el más cercano, nutrirnos de su amor perfecto.
Cuando llegamos a tener una relación íntima con Dios, Él mora en nosotros y pasamos más tiempo con ÉL porque se transforma en nuestra principal necesidad.
Cuando Dios mora en nosotros aprendemos a ver las circunstancias con sus ojos, a no afligirnos ante las dificultades pues sabemos que ÉL nos sostiene y será fiel en todo tiempo, y aprendemos a dar gracias porque estas circunstancias nos permiten ver su amor perfecto en TODO tiempo.
Cuando nuestra relación con Dios se torna íntima y permanente, su corazón llena el nuestro y su amor cubre los espacios que a veces entristecen nuestra vida.
Cuando buscamos a Dios incansablemente y con todo nuestro corazón sus pensamientos, que son mucho más grandes que los nuestros, invaden nuestra mente, y aprendemos a llevar nuestros propios pensamientos cautivos a su obediencia.

"Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien (...)" (Romanos 8:28)

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil 4:6-7)