martes, 23 de agosto de 2011

Un llamado a cuidar nuestro hablar

Leyendo la carta de Pablo a los Efesios, llamó mucho mi atención el hecho de que en tres párrafos distintos se hace hincapié en lo que debe salir de nuestra boca y lo que no, que es una parte importante de nuestro actuar como cristianos.

Muchas veces nuestra lengua va más rápido que nuestro pensamiento y luego nos arrepentimos de lo dicho, por eso pienso que siempre es mejor morderse la lengua y someter al corazón de Dios nuestros dichos.

Dentro de lo expresado por Pablo en esta carta, tenemos algunos lineamientos que debemos tener presentes:

  • No hablar con palabras corrompidas
  • Que nuestros dichos sean para edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
  • No usar palabras deshonestas, groseras, necias o que no convengan
  • Hablar dando acciones de gracia, salmos, himnos o cantos espirituales
  • Cantar y alabar al Señor de nuestro corazón

Hoy día, las malas palabras, las ofensas y otras similares llenan páginas de internet, estados de facebook/twitter, portadas y páginas de diarios. Pero nosotros tenemos el llamado a controlar nuestra lengua, y que nuestros dichos sean edificantes, honestos, agradables al paladar del Padre, con amor y preocupación por el otro.

Cuidemos nuestro hablar, porque nuestra boca hablará de lo que hay en nuestro corazón.